A Alejandra Pizarnik.
Podrá ser que tus amaneceres
sean tan devastadores como los míos.
Parecidos al miedo suave que la oscuridad
Bautiza en tus ojos,
Agarrada a mi pecho inerme mientras duermes.
Y tal vez alguna tarde,
adormecida con la lluvia,
Te vea pasar
a través de mí.
Y yo te intente retener con estas manos
Apátridas que odian y aman casi al mismo tiempo;
Pero terminarás arrebatada de mí.
Tú te refugiarás en las palabras,
¡Hermoso criminal!
Que siempre miente,
Siempre lamenta,
Siempre juzga,
Y nunca olvida.
Podrá ser que tus amaneceres
sean tan devastadores como los míos.
Parecidos al miedo suave que la oscuridad
Bautiza en tus ojos,
Agarrada a mi pecho inerme mientras duermes.
Y tal vez alguna tarde,
adormecida con la lluvia,
Te vea pasar
a través de mí.
Y yo te intente retener con estas manos
Apátridas que odian y aman casi al mismo tiempo;
Pero terminarás arrebatada de mí.
Tú te refugiarás en las palabras,
¡Hermoso criminal!
Que siempre miente,
Siempre lamenta,
Siempre juzga,
Y nunca olvida.
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