UN LLENÇOL PER EMBRUTAR. Salvador Iborra Mallol.

UN LLENÇOL PER EMBRUTAR.  Salvador Iborra Mallol.
Sense dubte un dels millors llibres de poesía que he llegit, un pilar base en la emergent nova literatura catalana. Un homenatge per al lector.

LA MADONNA

LA MADONNA
Munch

jueves, 11 de septiembre de 2008

Animaladas

Y de repente salgo a la calle, miro a ambos lados. La vida es palimpsesto de otras vidas, la mia propia, la tuya, la de aquel anormal que baja con sus amigos mal vestidos por la avenida: Pues mi profesora de inglés es medio nativa... ¿y qué coño es eso? pues que su padre es inglés y su madre de Madrid. Y cruzo, miro a ambos lados, arriba y abajo, siempre al revés. La rutina de cruzar te hace cruzar ya sin pensar, ¿sabes? Son como esas tortugas que siempre dejan sus putos huevos en la arena y luego los abandonan zambulléndose lentamente en el mar, en su libertad, y cada ciclo igual. No como aquellos salmones que dejan la vida en lo alto del río para dejar sus huevos y luego morir exaustos. Bueno, eso es una buena forma de morir, animalísticamente correcta. No podría decir "políticamente correcta" porque en el reino animal no hay más ley que la ley vegetal. ¿Ah sí? Bueno, eso es lo que pienso yo. Ellos, las tortugas y los salmones, tienen las directrices de la vida bien marcadas y bien diferenciadas: Mientras ellas, las tortugas, se alejan de su descendencia y les importa nada que cualquier reptil se los coma, se van tan frescas a viajar por grandes espacios marinos. En cambio los salmones se despanzurran vivos por dejar sus huevos.

Las mariposas saben que van a morir, por eso nunca se posan en tierra. Una vez sus alas están corrompidas por ese valioso sentido llamado tacto, por el tacto humano, ya no pueden levantar el vuelo. Mi vida es igual de impredecible que las de las mariposas. Y pienso y pienso... Y sigo pensando en que los muñequitos del semáforo son jodidamente vulgares y antipáticos. Mi vida es como la de una mariposa, pero sin alas: Si yo tuviera alas, estarían más sobadas que las piernas de una puta. Y entonces no levantaría el vuelo, y no podría soportar la ausencia porque no podría volar por encima de ella cagándome en su sombra como las palomas. Y entonces, sí, y entonces, yo no me alejaría de este texto, me quedaría mirando cada letra que escribo, sintiéndome agónicamente dentro. Tampoco es lo mismo irse que marcharse. Mientras que el que se va mira enfrente, el que se marcha tiene el alma y la vista vuelta del revés, pensando el pasado, recreándolo. No es lo mismo... Y cierro los ojos y quiero terminar de escribir. Sólo por hoy, que mañana habrá más.

Bona nit.