UN LLENÇOL PER EMBRUTAR. Salvador Iborra Mallol.

UN LLENÇOL PER EMBRUTAR.  Salvador Iborra Mallol.
Sense dubte un dels millors llibres de poesía que he llegit, un pilar base en la emergent nova literatura catalana. Un homenatge per al lector.

LA MADONNA

LA MADONNA
Munch

martes, 29 de julio de 2008

EZRA POUND.


I pensar que jo volia escriure com aquest home.... Tota la poesia està en deute amb ell. Parlaria d'aquest home, però aixó ho deixe en mans del especialistes. Ací us deixe un enllaç http://amediavoz.com/pound.htm per a qui vullga llegir poemes d'Ezra Pound. Les traduccios no són perfectes però tampoc són catastròfiques (excepte un parell que he llegit i m'ha entrat un poc de malestar!!). De totes totes, recomane llegir la versió original (hi ha, de segur). Ací deixe un poema que m'he molestat en traduïr (sí, ja ho sé, no és perfecta... però mira, aquest poema que és dels que més m'agrada no estava a cap pàgina web, així que preneu-ho com un regalet).


Una forta abraçada per a tothom.



LAMENTO DEL GUARDIÁN DE LA FRONTERA


Sobre el portal del norte el viento sopla lleno de arena,
solitario desde el principio del tiempo hasta ahora!
Los árboles caen, y la hierba amarillea con el otoño.
Escalo las torres y torres
para observar la tierra de los bárbaros:
Un desolado castillo, el cielo, el ancho desierto.
No queda siquiera un muro en pie en este poblado.
Huesos blancos por miles de escarchas,
altas pilas, cubiertas de árboles y hierbajos;
¿Quién trajo todo esto para olvidarlo?
¿Quién ha traído la enardecida cólera imperial?
¿Quién ha traído el ejército con sus tambores y timbales?
Bárbaros reyes.
Una encantadora primavera transformada en un otoño ávido de sangre,
una confusión de guerreros esparcidos en la mitad del reino,
trescientos sesenta mil,
y pena, pena como la lluvia.
Pena que se va, y más pena, pena retornando.
Desolados, desolados campos,
y ni un niño pisándolos,
ni siquiera los hombres prestos a la ofensa y a la defensa.
Ah, cómo llegaréis a saber la monótona pena sobre el portal del norte,
con el nombre de Riboku olvidado
y nosotros los guardianes dados en alimento a los tigres.

Por Rihaku.


lunes, 21 de julio de 2008

CRUELDAD





La calle Al musah es tan ancha que caben dos camiones puestos uno al lado de otro. En Gaza las calles se miden según las casas habitadas; hay calles bastantes pobladas, llenas de gentes que intercambian comida. Abdel Azim vive en la calle Al musah, en ella la gente expone lo poco que tiene que aun sirve, sartenes, mantas, medicamentos de la Cruz Roja internacional... y lo cambian generalmente por comida. Hay otras calles en Gaza a las que no va nadie, generalmente suelen estar cerca de los puestos fronterizos. Son calles abandonadas que están acotadas por multitud de escombros, estos escombros suelen ser casas derribadas. Las calles solitarias de Gaza despiden un olor a podredumbre, generalmente de perros y gatos sepultados bajo los escombros que algún Bulldozer amontonó tras bombardeos selectivos. La noche habita estas calles como un imperio de oscuridad. Por la noche una sombra pasa rápida saltando aquí y allá entre los montones de escombros de una de estas calles inhabitadas. Es un cuerpo menudo, ágil y precabido: no se detiene nunca sabiendo que hay francotiradores apostados al otro lado con sus gafas de visión nocturna. La sombra se dirige hacia el norte, en dirección al puesto fronterizo de Erez, con un arma de pequeño calibre. El camino no es dificil pero hay que ser audaz; tras superar el último edificio de la última calle habitada uno tiene que adentrarse en un mar de sombras por entre montones de escombros durante un buen trecho. Seguidamente hay que bajar hasta el riachuelo que divide la ciudad de Gaza del puesto fronterizo. Ahí se encuentra la sombra, agazapada esperando... Hay que tener todas las posibilidades estudiadas, todas las posiciones tomadas. La sombra espera por si ve humo de algún cigarro, un tosido u otro factor que delate la posición enemiga. Espera y espera hasta los primeros rayos del sol. Lo peor ya lo ha hecho, llegar con un arma. Antes de hacer fuego sobre un soldado recuerda a su hermano muerto. Un pensamiento barre su mente hasta liberarla y desvanecer el miedo, la retribución de un mal nunca es un mal absoluto sino la consecuencia lógica de la hipótesis estímulo-respuesta.
¿O somos tan humanos que el espejo nos devuelve la imagen vuelta del revés?
Seguramente llegará a Gaza, en forma de cañones y de misiles Spike, la imagen de vuelta, siempre al revés, buscando su propia retribución.


miércoles, 16 de julio de 2008

ÁNGELA

A Antimo.


Ángela cierra los ojos y se transfigura. Su identidad, quién es, no es relevante. Ángela ha cerrado los ojos y sin embargo vive una indeterminación, medio asida al pasado, medio sujeta al presente, no pertenece a ningún lado. Sobre la mesa pone cinco cubiertos; su hermano Antonio viene hoy a comer, su cuñada María también, su padre como es normal presidirá la mesa y su marido se sentará junto a ella. Ángela se ha puesto guapa para todos aunque hoy no se celebra nada. Con sus ojos aun cerrados recuerda las palabras, hoy vamos todos a comer a casa, todos somos felices, ya lo sabes. Ángela llora de vez en cuando, nada es perfecto. Su padre siempre le habla bien, ¿siempre? Bueno, ahora sí, la mayoría de las veces, ya se sabe, es un hombre tosco. ¿Lloras o eres feliz? Si padre, soy feliz.

Sobre la mesa están los cinco cubiertos que Ángela ha dispuesto con todo el amor. Su marido ronda la casa, va y viene sin quitarle el ojo de encima mientras ella se dispone a hacer costura en el sillón. Lo nota envejecido, salvajemente distante. Él ya no es el mismo y sus pasos a lo largo de la casa marcan un ritmo cansado. A veces es un desconocido ¡Diós! Es tan salvaje que me cuesta reconocerlo. Lo confundo con la imagen del que era. Sin decir palabra él quita acompasadamente los cubiertos de la mesa uno a uno hasta dejar sólo tres. Ángela no dice nada, día a día se repite la historia. El hombre, cansado, se aleja y se sienta en el recibidor de la entrada y suspira anelante, sin quejarse llora en silencio, nadie le oye, ni siquiera Ángela. Agazapado entre sus manos esconde el rostro. El reloj marca las tres cuando una chica joven entra en casa, Ángela no sabe quién es. La chica se agacha de cuclillas ante el hombre derrotado que llora amargamente, suavemente le acaricia los hombros.

-Otra vez lo ha hecho… Otra vez ha puesto cubiertos para su padre y para su hermano. Otra puta vez…

-Esto es así, ya lo sabes –dice la chica joven que acaricia los brazos del hombre.

Ángela finge no escuchar, y llora, se siente perdida, no entiende nada de lo que hablan. Como dos conjurados su marido y la chica hablan en voz baja en el recibidor. No los entiende pero algo escucha:

-Me cago en mil demonios, y sólo llevamos ocho meses.

-Yo te voy a estar ayudando en lo que pueda, pero ten paciencia papá.

-Este puto Alzehimer... Esta puta enfermedad va a acabar con los tres.

martes, 8 de julio de 2008

ELS AMANTS

L'esperança traeix. Amb afany intentem
descobrir aquells qui estimàvem i ens incita
un plor per una dura faç de granit o de gebre.
Recordem, sí, una vella història perquè pot ser
llavors vivíem feliços. Però no era una vella història
ni érem tampoc feliços.
Certament el que resta és la misèria
nostra i les llàgrimes. El bosc...
Joan Perucho.


Estem al any 1947, posguerra a Barcelona. Joan Perucho acaba de publicar el seu primer llibre de poesies "Sota la sang", i amb aquest nou llibre una nova estètica poètica neix a la literatura catalana. Joan Perucho, com Josep Palau i Fabre o Joan Brossa no eren poetes tributaris ni del simbolisme ribià ni del noucentisme carnerià ni del verb acolorit de Sagarra. Els mestres més llegits d'aquella època no deixaven rastre en aquests escriptors segons Pere Gimferrer. Més bé, és en la literatura catalana, al tall de la posguerra, que neix una nova imatge poètica amb una nova estètica i amb una nova voluntat de no fer d'epigons d'una literatura catalana dominant.

Joan Perucho va ser un poeta únic amb un nou accent poètic i una nova consciència que oscil.la entre l'intimisme més novedos i adelantat a l'època i un experiencialisme que adelantaria en el temps a la poesia del mateix Gil de Biedma. Estem parlant del any 1947 com ja he dit. En aquella època en la poesia espanyola es disputaven el liderat els garcilasians i els crítics que pensaven que la poesia hi tenia una funció moralitzadora més que estètica. Evidentment, Joan Perucho va saber dominar i templar les dos vessants que en aquell moment es discutia a les càtedres de la poesia espanyola, com ara llegireu.

En trobar-me amb aquest poema del seu primer llibre ho vaig entendre, la veu poètica oscil.la entre la realitat social i la funció estètica. La seva veu es torna clarivident i en certs moments fosca (com al poema Imperi d'una llàgrima). Veieu ací quin era l'espai a l'època de la posguerra que li pertanyia al amor. De vegades la societat és tan fosca que estimar serveix sols per a fugir de la vida, idea paradòxica on hi hasca. Però aquest poema ens parla del amor enfrontat a la cara més inhumana de la vida, i la solució de vegades, evidentment, és còrrer.


ELS AMANTS.




Estimaven una lloança

diminuta i cruel,

sota cada mirada.

Estimaven les lentes tardes arrecerades,

amb temorosos llavis,

quan la innocència és com una flor corrompuda

que torna delicada la ignomínia.

Estimaven les besades furtives,

l'abocar-se a un cel desesperat

perquè el desig

exasperadament clama en els cossos,

invencible i segur.

Estimaven, estimaven.

Creien en llurs aurores martiritzades

o en un agònic impuls

que els isolava de la llum dels homes,

dels esforçats somriures

davant de rostres púdicament perversos.

Renovaven un amor o un mite

perquè ignoraven

que una vida cobeja sempre una altra vida

com una mort cobeja sempre una altra mort.

I encara endevinaven una altra glòria.

Però dura i cruel

la vergonya del món els perseguia.

No estimaven llurs cossos;

estimaven una obscura i mesquina victòria

sobre veus abatudes,

sobre records que viuen

en segles de misèria i d'infortuni.



Llavors mentien un amor,

un oblit impossible, en la nit silenciosa.


Joan Perucho. Obra poètica completa. Ed, Bruguera. Barcelona, 1984.